viernes, 22 de febrero de 2013

El Arte de Hablar... La Virtud de Callar

QUE TUS PALABRAS SEAN MÁS IMPORTANTES QUE EL SILENCIO QUE ROMPES

Sí, HABLAR es fácil, pero CALLAR requiere prudencia y dominio.

EL ARTE DE HABLAR

HABLAR oportunamente, es acierto.
HABLAR frente al enemigo, es civismo.
HABLAR ante la injusticia, es valentía.
HABLAR para rectificar, es un deber.
HABLAR para defender, es compasión.
HABLAR ante un dolor, es consolar.
HABLAR para ayudar a otros, es caridad.
HABLAR con sinceridad, es rectitud.
HABLAR de si mismo, es vanidad.
HABLAR restituyéndote fama, es honradez.
HABLAR disipando falsos, es conciencia.
HABLAR de defectos, es lastimar.
HABLAR debiendo callar, es necedad.
HABLAR por hablar, es tontería.

LA VIRTUD DE CALLAR

CALLAR cuando acusan, es heroísmo.
CALLAR cuando insultan, es amor.
CALLAR las propias penas, es sacrificio.
CALLAR de si mismo, es humildad.
CALLAR miserias humanas, es caridad.
CALLAR a tiempo, es prudencia.
CALLAR en el dolor, es penitencia.
CALLAR palabras inútiles, es virtud.
CALLAR cuando hieren, es santidad.
CALLAR para defender, es nobleza.
CALLAR defectos ajenos, es benevolencia.
CALLAR debiendo hablar, es cobardía.

Debemos primero aprender a CALLAR para luego poder HABLAR.

Recuerda siempre:
QUE TUS PALABRAS SEAN MÁS IMPORTANTES QUE EL SILENCIO QUE ROMPES


RICARDO VÍCTOR DORIA
Gina Isabela Bushell Davó – Ilustración

Tomado de: www.facebook.com/Psicóloga Emocional


PRINCIPIO 90/10 (Stephen Covey)

PRINCIPIO 90/10



Conocen el Principio 90/10? Stephen Covey lo cuenta así:

El 10% de la vida está relacionado con lo que nos pasa, y el 90% de la vida está relacionado con la forma en cómo reaccionamos a esto.

Nosotros realmente no tenemos control sobre el 10% de lo que nos sucede.

No podemos evitar que el coche se averíe, que el avión llegue tarde, lo que tirará por la borda todo nuestro plan. Un automovilista puede obstaculizarnos en el tráfico. No tenemos control de este 10%. Nos viene dado.

El otro 90% es diferente. Nosotros determinamos ese otro 90%. ¿Cómo?... Con nuestra reacción. Usemos un ejemplo:

Estás desayunando con tu familia. Tu hija sin querer derrama una taza de café y salpica tu camisa de trabajo.

Tú no tienes control sobre lo que acaba de pasar. Lo siguiente que suceda será determinado por tu reacción.

Supongamos que tú maldices, regañas severamente a tu hija porque te tiró la taza encima. Ella rompe a llorar. Después de regañarla, te vuelves a tu esposa y la criticas por colocar la taza demasiado cerca del borde de la mesa. Y sigue una batalla verbal. Tú vociferando vas a cambiarte la camisa.

Cuando acabas, encuentras a tu hija demasiado ocupada llorando terminándose el desayuno, para estar lista para la escuela. Tu hija pierde el bus. Tu esposa debe irse inmediatamente para el trabajo. Te apresuras a coger el coche y llevas a tu hija a la escuela. Debido a que ya vas con retraso, conduces a 65 km por hora, cuando la velocidad máxima permitida es de solamente 50 km. Después de 15 minutos de retraso y ganarte una multa de tráfico de 100 €, llegas a la escuela. Tu hija corre a su clase sin decirte adiós.

Después de llegar a la oficina 20 minutos tarde, te das cuenta de que se te olvidó el maletín. Tu día empezó mal. Y parece que se pondrá cada vez peor. Estás loco por llegar a tu casa.

Cuando llegas a tu casa, encuentras un claro distanciamiento en tu relación con tu esposa y tu hija.

¿Por qué? Pues debido a cómo reaccionaste por la mañana. ¿Por qué tuviste un mal día?

A) ¿El café lo causó?
B) ¿Tu hija lo causó?
C) ¿El policía lo causó?
D) ¿Tú lo causaste?

La respuesta es la “D”. Porque tú no tenías control sobre lo que pasó con el café. La forma en cómo reaccionaste durante esos 5 segundos fue lo que causó tu mal día.

Volvamos atrás:

Tu hija sin querer derrama tu taza de café y mancha tu camisa.

Respiras hondo, le explicas que debe tener más cuidado la próxima vez y vas a cambiarte de camisa mientras ella termina de desayunar.

Coges el maletín y ves como tu hija se despide con una sonrisa diciéndote adiós mientras se sube al autobús.

Se nota una gran diferencia, ¿no?

Miles de personas sufren de estrés por cosas que no valen la pena, sufrimientos, problemas y dolores de cabeza. Es muy importante que entendamos y apliquemos el Principio 90 -10.




CORTESÍA DE:
www.facebook.com

jueves, 21 de febrero de 2013

Estando en pareja...


¿Qué es el noviazgo? Realmente no lo sé; debe ser algo así como que dos personas que, sintiendo un lindo sentimiento entre sí, deciden tomar la aventura de conocerse más a fondo; aventura que va fructificando y creciendo al paso de los días, de los meses, de los años, a veces creo también que es como un acuerdo que hacen dos personas, como un acuerdo basado en el amor.

Digo que es una aventura, porque considero que realmente lo es. Si ya de por sí es todo un reto autoconocerse, autocomprenderse, autoamarse, autovalorarse, autoaceptarse tal y como uno mismo es, cuánto más aún debe ser eso mismo junto a una persona a tu lado, que posee elementos similares a los tuyos, como elementos que son diametralmente opuestos, pero que, a criterio y experiencia personal, te complementan, te vivifican y te hacen mejor persona humana.

Dicen algunos psicólogos y antropólogos que el ser humano nunca termina de conocerse. No sé si esta afirmación sea totalmente cierta o habría que matizarse, ya que el ser humano está en constante cambio. El hecho de estar en dicho cambio te hace estar en continuo proceso de autoconocimiento y si compartes tu vida con otra persona debes incluirla dentro de ese proceso. Deben incluirse mutuamente.

El camino del noviazgo no es fácil, ni con rosas que están al pasar; siento que el donarse, el entregarse a otra persona comprende ya un gran reto; reto aceptado por amor no sólo afectivo sino también efectivo.


Enrique A. Simmonds B.
Maracaibo; 21/02/2013
09:45pm

viernes, 1 de febrero de 2013

¿Cómo permanecer joven?

¿CÓMO PERMANECER JOVEN?




1. Elimina todos los números que no sean esenciales. Esto incluye edad, peso y altura. Permita a los doctores preocuparse por eso. Para eso les pagas. 

2. Rodéate de amigos positivos. Los negativos le hunden. (Recuerda esto si eres uno(a) de los negativos). 

3. Sigue aprendiendo: Aprende más acerca de computación, manualidades, jardinería, lo que sea. No permitas que tu cerebro se desconecte. “Una mente desocupada es el taller del diablo” y el nombre del diablo es Alzheimer! 


4. Disfruta las cosas sencillas. 


5. Ríe a menudo, bastante y duro. Ríete hasta que pierda la respiración. Y si tienes un(a) amigo(a) que le hace reír, comparte mucho tiempo con él o ella. 


6. Las lágrimas llegan: Sufre, llora y sigue adelante. La única persona que está con nosotros toda la vida es uno mismo. VIVE mientras estás vivo(a). 


7. Rodéate de lo que amas: Sea familia, mascotas, postales, música, plantas, pasatiempos, lo que sea. Tu casa es tu refugio. 


8. Cuida tu salud: Si es buena, presérvala. Si es inestable, mejórala. Si está peor de lo que tú mismo puedes mejorarla, busca ayuda. 


9. No tomes viajes culposos. Vaya al mar o a otra ciudad o a otro país pero NO donde está la culpabilidad. 


10. Dile a las personas que amas, que los amas cada oportunidad que tenga. Nunca dejes para después un Te quiero mucho.

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